Cuando Caramelo ha decidido echarse a dormir a la bartola sobre nuestro ordenador, por fin hemos podido dejar de usar nuestras herramientas para hacer un pequeño balance de este 2024 y pensar en el próximo año. Observando a Caramelo, nos damos cuenta de que nuestra vida, al fin y al cabo, no dista mucho de la de nuestro amigo felino: pasamos el día en una posición cómoda, en silencio, en situación de máxima concentración para no dejar escapar la mosca terminológica que sobrevuela nuestras cabezas, defendiendo con las garras nuestra existencia y pidiendo caricias cuando hemos concluido un proyecto agotador con éxito.

 

Nuestro futuro puede parecer incierto, al igual que el de Caramelo y sus congéneres, pero no hay que olvidar que, como el «Felis silvestrus catus», llevamos miles de años cazando distintos tipos de presas (palabras, segmentos, fuzzy matches, coincidencias parciales…); procedemos igualmente de otras especies salvajes, como el «Transduceris manus» y el «Transduceris lapis», para luego convertirnos en el actual «Transduceris ordinare» y sabe quién hasta dónde nos llevará la evolución; nos hemos adaptado a todos los hábitats posibles y extendido por casi todo el mundo; somos el ojito derecho de intelectuales y personas amantes de lo bello; bufamos con una ristra de antónimos si se nos amenaza; y no hemos dejado de crear colonias para apoyarnos mutuamente.

 

Este 2025, el propósito de Caramelo es el mismo que el nuestro: seguir ronroneando al calor de nuestro ordenador para hacer lo que más nos gusta, que es comunicarnos y hacer llegar nuestro mensaje a nuestro entorno haciendo uso de los mejores maullidos.

 

Os deseamos un año lleno de proyectos interesantes y en el que sigamos apreciando la belleza de nuestras profesiones, soñando con todo lo maravilloso que tenemos aún que ofrecer.

 

¡Shhh! Os dejamos, que Caramelo se ha levantado del teclado y tenemos que acabar este encargo. ¡Feliz 2025!

 

Autora de la ilustración: Nuestra socia Isabel Hoyos. Modelo: Caramelo.